En 1955, Emmett Till, un adolescente afroamericano, fue linchado y asesinado brutalmente por supremacistas blancos después de que, durante un viaje de vacaciones a Mississippi, el adolescente de 14 años entrara a una tienda e interactuara con una mujer caucásica que ahí se encontraba.
El suceso sirvió como inspiración para la película Till: Justicia para mi hijo, que sigue el viaje recorrido por Mamie Till-Mobley, madre del joven, para lograr que la ley reconozca el caso como un crimen. Con esta pertinente e inspiradora historia como base, la cinta se ha llevado elogios universales, en particular por sus actuaciones